lunes, 11 de junio de 2007

Pierre Nodoyuna comentó...


Foto de Inés Higueras


Es un poco idiota hacer una crónica de un concierto dos o tres o cuatro semanas después del acto, pero a veces estas cosas no las eliges y, qué demonios, lo hago por amor al arte y, además, esto no es una crónica. En realidad, son dos conciertos. Chavetas. Y a la Soga 74. Los dos que he visto últimamente. Unos de Toledo, otros de Burgos (perdón, de Gamonal). Para Chavetas era el primer concierto y lo hacían en un sitio que antes era el San Mateo, 6 y ahora no sé como demonios se llama. Los otros en el Gruta.


La primera vez es eso, la primera vez. Luego hay otras mejores y algunas peores, más o menos divertidas, y cada vez es una historia, pero la primera es distinta a todas, y así se queda en la memoria, casi como un pedazo de infancia. Quizá la infancia consista en eso, en que las cosas pasan por primera vez, y por eso sea, en parte, un estado mental. Y quizá los recuerdos, según pasa el tiempo, van siendo sustituidos por aquello que queremos recordar o por una imagen ideal de aquel día. De hecho, creo que la mayor parte de los recuerdos que tenemos de la infancia son imágenes creadas a posteriori o interpretaciones distorsionadas de lo que en realidad pasó.


Foto de Ianire


En el primer concierto todos están excitados. Los que tocan y los que miran. Se observan entre ellos (se huelen) porque los unos no saben cómo les va a salir ni los otros qué les espera, y todos esperan la reacción del otro. Y se saluda todo el mundo, porque el primer concierto es como una boda y están los del curro, los colegas de toda la vida, gente que no sabes por qué va y otros que hace mucho que no les ves. Y los que tocan comprueban siete veces el mismo cable, porque quieren parecer profesionales y porque no saben qué se hace en esos casos. Cuando se toca ya es otra cosa; hay gente que disfruta más y otros menos, como en todo. Lo habitual es ir a toda velocidad para terminar pronto, como si el último bis fuese la meta, el objetivo que cumplir. Sacarlo todo de golpe y el 'lo hemos hecho, joder'. Chavetas no. Chavetas es otra cosa; se lo pasaron bien tocando, hicieron el payaso, tocaron sin miedo, como si estuviesen en el local de ensayo y, presumo, se lo pasaron bien después. Pero es que tienen bastante morro, y eso no es lo normal.



Foto de Inés Higueras

Ahora, supongo, cuando pasen por delante del local (infame, como todos los locales del primer concierto) tendrán esa sensación de que han hecho una cosa más en la vida, que se han puesto a hacer música para divertirse ellos y para que sus amigos se lo pasen bien una noche. Chavetas darán muchos más conciertos, eso se les nota, pero aunque el de ayer fuese el último concierto, los ensayos, la pasta, el tiempo, los planes a los que han renunciado, habrán merecido la pena.


Soga 74 ya son otra cosa. Quiero decir, que salen 1.630 resultados en Google (...)


viernes, 1 de junio de 2007

Hace 10 días el Dr. Malcolm diagnosticó...

Después de la resaca y ya recuperados de las emociones del concierto, procede ahora ya con la cabeza fría, esa crónica del debut de Chavetas en el foro. Ahí va.



Con Baba O'Riley de los Who como inicio y Bella Ciao como cierre al segundo de los bises, se presentaron Chavetas en Madrid el pasado 17 de mayo en el Midada. Con eso y una puesta en escena cuidada y no exenta de caradura propia de chavetas, que incluyó camisetas ad-hoc, pelucas y varios bises, ya se pueden hacer una idea de cuál fue el espectáculo brindado ante un auditorio fiel, entregado y variopinto en edad, saber y gobierno.


Entre ambos temas, canciones propias y versiones espeluznantes de Pixies, The Clash (tremendo london calling) o, el que fue un momento álgido de la noche, un Sunny Afternoon de los Kinks, revisitado al más puro estilo chaveta. Sin duda, otro gran momentazo fue el brindado por Ana, la sexta chaveta, interpretando a duo con Lito, la canción compuesta por ella y el bambino.





Lástima que las deficientes condiciones del local nos impidieron disfrutar del espectáculo en todo su esplendor, al privarnos de la proyección multimedia preparada como colofón a un mes de blog, pues, todo hay que decirlo, el Midada no es un sitio óptimo para conciertos con este tirón, a todas luces insuficiente a la vista del interés, entrega y calor del público.


Porque, todo hay que decirlo, hizo calor, mucho calor. Demasiado. Y las voces no se oyeron como era de esperar. Afortunadamente, la profesionalidad de Chavetas y las ganas de triunfar pudieron con los inconvenientes.


En definitiva, un concierto que merece ser repetido en un local a la altura de los intérpretes en el que poder disfrutar de toda la parafernalia chaveta, camisetas para todos incluidas. No en vano, finalizado el concierto, se pudo oir en la sala a uno de los mayores admiradores y entregado fan chavetil gritar "¿qué hay que hacer para conseguir una camiseta? ¿tirarse a algún miembro del grupo? si es eso, ¡yo estoy dispuesto!". En flickr tienen a su disposición un grupo para las fotos y pronto en sus pantallas chavetas promete traer un video con los mejores momentos del concierto.



Fotos cortesía de Segio Curto
Pueden ver más fotos en: